La semifinal de la UEFA Nations League no terminó como Alemania lo esperaba. En un partido que parecía controlado, la Mannschaft vio desvanecerse su ventaja para caer por 2-1 ante Portugal, sumando así su primera derrota contra los lusos en más de dos décadas. El revés en casa dolió aún más al tratarse de un torneo que prometía mucho para los anfitriones. Sin embargo, el técnico Julian Nagelsmann se ha mostrado pragmático y ya habla de esta Nations League como una “valiosa experiencia de aprendizaje”, lo que anticipa posibles rotaciones y experimentos en el equipo para el duelo por el tercer lugar.
El rival en turno será Francia, lo que podría ser una buena noticia para los alemanes si se toman en cuenta los antecedentes más recientes. Alemania ha vencido a los galos en sus dos últimos enfrentamientos amistosos, anotando en cada mitad de ambos partidos. Uno de esos triunfos representa precisamente una de las pocas alegrías en la corta era de Nagelsmann, que desde su llegada no ha enlazado dos derrotas consecutivas, por lo que espera una respuesta fuerte de sus dirigidos en Stuttgart.
Francia, por su parte, llega tras un electrizante duelo contra España, en el que estuvieron a punto de lograr una remontada épica. La derrota 5-4 dejó un sabor agridulce en el equipo de Didier Deschamps, quien ve en este encuentro la oportunidad de cerrar su ciclo con dignidad. Deschamps, que dejará el cargo tras la Copa del Mundo de 2026, apunta a que este partido sirva como un ensayo serio de cara a ese gran objetivo.
La inestabilidad reciente de los Bleus ha sido notoria. Han perdido dos de sus últimos tres compromisos, algo inusual para una selección de su jerarquía. De repetir una caída, firmarían dos derrotas seguidas por segunda vez desde 2015. No obstante, si algo ha caracterizado a Francia es su capacidad de reacción, y en este 2024 ya han respondido con contundencia tras cada tropiezo, venciendo a selecciones de peso como Chile, Bélgica y Croacia.
Este duelo por el tercer lugar no suele ser el más deseado por los protagonistas, pero Alemania y Francia tienen cuentas pendientes y objetivos claros. Alemania quiere evitar una doble decepción en casa, mientras que Francia necesita cerrar este capítulo con algo de dignidad y reenfocar su camino hacia el próximo gran reto internacional.
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